Hoy un pequeño homenaje a un rasgo muy característico de mi fisionomía. Mi pelo. Mi alocado, rizado,castaño pelo.
Hace tiempo leí en un libro ( no recuerdo cuál) una frase con la que estaba de acuerdo: "Tener el pelo rizado es una maldición, y no dejes que nadie te diga lo contrario". Años y años estuve odiando mi pelo. Envidiaba las melena lisas que ondeaban armoniosamente al viento. Esa aversión me esclavizó a no llevar el pelo de otra forma que no fuera recogido en un aburrido y "señorón" moño. Hasta que un día decidí que ya era hora de "soltarse la melena", literalmente. Desde entonces me siento orgullosa de ser portadora de tan abultada melena. Es un signo muy reconocible. ¿Sabes a quién me refiero? ¿La del pelo a lo afro? ¡Si, esa!
Su mantenimiento es sencillo, no requiere horas y horas frente al espejo, en invierno me protege las orejas del frío, es moldeable, entretiene acariciar los traviesos rizos y si alguien te busca te reconocerá desde la lejanía.
Me gusta pensar que mi pelo es rizado porque le gusta crecer bailando. Asi que, ¡ que siga bailando!
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