29 de abril de 2012

Mis personas favoritas ( VII ).

  Guapo. Fornido. Espalda ancha. Piernas bien formadas. Ojos oscuros. Manos fuertes y viriles. Pelo negro y cuidadosamente despeinado. Buena colonia. Fuertes brazos. Sonrisa bonita y expresiva. Peludo en su punto justo. Alto. Mirada caída y melancólica pero limpia.
  No, no estoy describiendo a Adonis. Rafa, mi hermano es físicamente un obsequio de la Creación. Es uno de los hombres más varoniles que conozco.
  Además de ser guapo por fuera, pienso que su principal virtud es la nobleza, virtud que hoy en día está en peligro de extinción.
   Sabe pedir perdón, cosa que tampoco se ve mucho hoy en día.
   Posee un gran atractivo que le vale la admiración de muchas personas, aunque en su mayoría del sexo opuesto. Tiene un cautivador sentido del humor. No es un chico que esté todo el día en plan chistoso pero tiene unos puntos que valen carcajadas que acaban en lágrimas. Parte de su sentido del humor son los "vaciles" de los que son víctima personas desconocidas. Acompañar a Rafa a por el pan, puede suponer y de hecho supone, risas aseguradas.
   Su carácter alegre y su nombrada nobleza hace que sea de esas personas que se ganan el favor y el cariño de la gente con muy poco esfuerzo. Se desenvuelve en cualquier ambiente y está a gusto con cualquier tipo de persona.
  Es atrevido, la timidez, en su punto justo y necesario.
  Es familiar, buen hermano, el mejor tío ( de hecho, pienso que es el favorito ). Me desarma con la especial relación que tiene con mi madre.
   Le gusta saber de todo, tiene ganas de saber de todo. Aunque su especialidad es el mundo del motor. Esto está constatado por la alta estima que le tienen en su lugar de trabajo. Es buen y eficaz trabajador. Hace lo que le gusta.
   Sus aficiones como imaginaréis van ligadas al mundo del motor. Le gusta conducir tanto su Alfa 147 GTA, como su Husqvarna de 250. Todo lo que tenga ruedas y motor le gusta. 
   Gracias a él tengo mucha cultura de pelis de acción. Aunque me gustan, siempre le reprocho que impone su película y después se queda dormido...
    Siempre ha ejercido de hermano mayor. Con consejos. Llevándonos al colegio con 16 años en furgoneta.  Dando " toques de atención"  a los niños que osaban molestar a sus hermanas. 
    Además es un excelente cocinero. Si probarais su lasaña me entenderíais.
    Un trapo sucio: no baja la basura.
    Aunque parece que no expresa su cariño con besos o abrazos, lo es a su manera, aunque  no rechaza de los demás tales muestras.
     No quiero extenderme más, dejaré que le conozcáis vosotros mismos, no quiero desnudar por completo su personalidad porque merece la pena tener cerca a una persona así.
     Será un gran cabeza de familia.
     Te quiero Yufiyu!!!!



    El momento de rutina que más disfruto a su lado: la vuelta a Pamplona en su coche al son de Simple Minds.
                       
                          
           

24 de abril de 2012

Lugares.

    El Camino de la Alameda es un lugar que existe. Por suerte puedo pasear por él cuando lo deseo. Este camino, me inspira, como manifiesto bajo el título de éste blog. Pero hay otros lugares, cercanos, y otros lejanos que también me inspiran, o invitan a determinada actividad, o han sido escenario de momentos inolvidables, o que me gustaría visitar....
   Me gustaría con ésta nueva " sección" compartir con los caminantes del Camino de la Alameda, algunos de mis lugares preferidos.


El Camino de los Cipreses. Un lugar para pasear, un lugar para caracterizar " Granjafría".




Los nidos del Jardín de Invierno. Un lugar para tertulias interminables. Un lugar para leer horas y horas.




El Balcón los Enamorados.  Un lugar en el que ver martines pescadores al atardecer, garzas,   cormoranes,  azulones... Un lugar romántico en el que estar de noche en buena compañía.


  

22 de abril de 2012

Mis personas favoritas (VI)

  Hoy dedico ésta entrada a una paseante del Camino de la Alameda muy especial. Celebra hoy su cumpleaños y quería rendirle un pequeño homenaje.
  Es una amiga, pero con mayúsculas. Aunque suene a tópico, en ella es algo real y constatado. Y esto es, que, cuando la necesitas está ahí. Incondicionalmente.
  Es alta y delgada, con una cabellera castaña y brillante, muy lisa. Sus ojos son azules. Su tez blanca, a la que consigue broncear durante el verano. Como habréis imaginado, es una auténtica belleza! Su estilo es muy original. Siempre lleva algo colorido. Me parece que tiene un estilo hippie pero con mucha clase.
   Pero lo menos importante es su fachada. Para mí es una persona ejemplar y admirable, de esas que te hacen querer mejorar sólo con el ejemplo que da. Inspiradora. Es constante, trabajadora, dispuesta siempre a ayudar. "Hace lo que debe y está en lo que hace". La tengo por una persona recta y ordenada. Pero lo que más me gusta de ella es que ante esta aparente "seriedad", responde, sorprendiendo a todos, con una alegre locura que manifiesta cuando menos te lo esperas. Realmente, y últimamente se lo digo a menudo, es una chica que cada día me sorprende. En pequeñas cosas. Es un privilegio tener cerca a alguien impredecible, cada día recibes una sorpresa, que normalmente suele ser agradable.
   Pensaba que no, pero cada día corroboro, que es una señorita muy sensible. Cuando la conocí, en un principio, no supe escalar esa fachada inmutable que parecía que tenía. Ahora que la conozco bien veo que tiene una gran sensibilidad, cosa que me encanta porque es algo que compartimos.
   Su sentido del humor es tan peculiar, que no encuentro palabras para describirlo, pero a mi me parece encantador y desternillante. 
   Tiene una gran familia, en todos los sentidos, que en mucho explica el cómo es ella.
   Le gusta jugar a pádel, leer, tomar el sol en verano, beber coca-cola, romper silencios con "pues si", ir de compras...
  Hay tantas cosas que podría decir de ella...
  Es sensata y buena consejera, nunca te dirá algo gratuitamente, en el aspecto de que, lo que te diga lleva consigo un proceso de reflexión. Se acuerda y te pregunta siempre por tus preocupaciones y alegrías. Es una de esas personas que lucha por la felicidad y bienestar de los que la rodean, a costa de cargar ella con algún peso de vez en cuando. Es altruista.
  Por destapar algún trapo sucio diré que su coche está abollado.
  Pero bueno, como veo que habéis podido imaginaros, mi amiga María es, como ya he dicho admirable y ejemplar. Es encantadora en su faceta seria y lo es también en su faceta alocada.
   La imagen que más me gusta de ella: Cuando baila y hace su paso "caderil". 
   Creo que ni siquiera sentada aquí con tiempo para redactar y pensar detenidamente, puedo expresar lo genial y maravillosa que es María. Soy muy afortunada de poder llamar AMIGA a tan excelente persona.
   Felicidades Mari!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Jo Mar....

15 de abril de 2012

Ingredientes.

    En los numerosos cajones que forman nuestra memoria, hay uno que ocupa un lugar de honor junto al cajón de los recuerdos de la infancia: es el cajón de los momentos inolvidables. Es el único cajón de nuestra memoria cuyo contenido permanecerá inalterable, exceptuando el aumento de su contenido.
   Por muy penosa que una persona piense que ha sido su existencia, siempre encontrará algún recuerdo positivo en éste cajón.
   En nuestros momentos de bajo estado anímico, no tenemos mas que cerrar los ojos y abrir ese preciado cajón. Sabemos que ese cajón está ahí, pero, ¿ qué hace que un determinado recuerdo vaya a parar ahí?
   Me lo planteo mucho últimamente, ¿ qué ingredientes hacen falta para que un simple momento en nuestras vidas se convierta en inolvidable?. 
   Hay diferentes ingredientes ambientales, mis favoritos son: la noche, la tranquilidad del campo, el sonido del río, un día tan soleado que te queme la frente, un día lluvioso que te cale el pelo, una solitaria calle...
  Otros ingredientes,  los escenarios donde suceden esos momentos: un banco sobre el río, una casa caótica y bulliciosa, el camino de la alameda, Saint Malo, un parque, "Granjafría", el colegio, la universidad, un colegio mayor, las murallas de una histórica ciudad, un bar...
   El medio mediante el cual un momento comienza a ser inolvidable también es un importante ingrediente: un paseo, un silencio cómodo, una buena noticia, vivir algo por primera vez, una conversación, un agradable alboroto, un baile, unas simples palabras, recibir un mensaje por cualquier medio, una sonrisa, la contemplación de un bonito paisaje....
   Son miles las cosas que se pueden enumerar como ingredientes que pueden conformar un momento inolvidable. Pero pienso que el ingrediente más importante que contribuye a un momento inolvidable es la compañía. Si estamos en buena compañía cualquier momento se podrá convertir en inolvidable más fácilmente. Aunque también hay momentos inolvidables que podemos vivir solos, ésto tiene mucho encanto también ya que no compartirlo con nadie, a veces, es más valioso. 
    Por suerte el ingrediente principal lo tengo y lo disfruto en abundancia.
  Mi cajón de momentos inolvidables lo abro frecuentemente, parece que está lleno, pero no, ese cajón tiene un fondo infinito.
   Cada persona es un mundo, los ingredientes inagotables.
    

2 de abril de 2012

Hilo rojo.

    La niña había nacido sana. Pero todo el mundo se extrañó  cuando vieron que del pecho le salía un hilo rojo. Era kilométrico. Conforme crecía, sus padres empleaban horas y horas en tirar de él pero nunca conseguían llegar al otro extremo. Tampoco se podía cortar, era imposible, nadie sabía cómo hacerlo. Empleaban miles de métodos y utensilios pero no, no se podía cortar. Poco a poco a poco los padres empezaron a desistir en sus intentos de deshacerse del hilo rojo. La gente se acostumbró a ver a la niña arrastrando el hilo. Ella no había conocido otra situación en la que no se viera unida a la hebra roja así que vivía tranquilamente, ya se había hecho a ella, no le incomodaba.
   La niña iba creciendo, cuando adquirió cierta madurez adulta, buscaba la explicación a su anomalía. No era porque se sintiera rara o diferente, era porque sospechaba que algo importante le estaba reservado. Aquel hilo rojo formaba parte de ella, en cierto modo no concebía su vida sin él.
   Un día todo cobró sentido, en solo unos segundos.
  Paseaba por un bosque cercano a su casa, en una bolsa de tela que había confeccionado ella misma, llevaba un bastidor. Le gustaba sentarse en un tronco caído cara al sol y pasaba las horas bordando. Le parecía una tarea encantadora y le permitía pensar y filosofar tranquilamente. Aunque nunca empleaba en sus bordados hilo rojo. Uno de esos días, durante una templada tarde al sol bordando notó que el hilo rojo empezaba a ponerse tirante, le estaba incomodando, tuvo que dejar su labor para ponerse de pie. Estaba tirando tanto el hilo rojo que comenzó a andar hacia donde tiraba para aliviar el dolor que comenzaba a sentir. Caminó durante mucho rato por el bosque, se empezó a preocupar, nunca le había pasado tal cosa, tenía que seguir caminando para que el hilo no se tensara y le hiciera daño. De pronto empezó a escuchar unos quejidos. Por el senderó vió que se acercaba una persona a paso bastante ligero. Empezaba a oscurecer y no distinguía bien quien se aproximaba. De pronto el hilo desapareció. La alta figura que había visto aproximarse, de pronto se le echó encima y casi chocan. Frenó justamente frente a ella. De tan cerca, vió que era un chico más o menos de su edad. Él se frotaba con gesto de disgusto el pecho. Cuando ella  miró sus grises ojos, supo al momento el porqué de aquel hilo rojo al que siempre había estado atada. Conoció qué había al otro extremo.
    Estaban destinados a conocerse desde que nacieron.