8 de mayo de 2013

El árbol seco.

En una colina, que la incesante lluvia había embarrado, estaba el árbol seco. Era muy alto y su tronco era muy grueso y estriado. Las ramas empezaban a crecer altas y se elevaban hacia el cielo, como pidiendo alas para poder volar hacia el cielo gris y desligarse del tronco y de las raíces que, aunque profundas intentaban salir de la tierra, negándose a permanecer en la oscuridad de la húmeda tierra. Los pájaros no anidaban en él desde hacía mucho tiempo, ni siquiera se posaban en él para descansar del vuelo.
Bruno sentía una especial atracción por el árbol a pesar de que nadie reparaba en él y pasaba muy desapercibido en el conjunto del paisaje. Bruno se pasaba las horas apoyado en su tronco. Desolado, triste, apático. Se identificaba con el árbol solitario, en el que nadie reparaba, sólo la fuerte lluvia y al que el viento azotaba sin ningún pudor o reparo. Sentado a los pies del árbol, que no le proporcionaba ningún cobijo ya que sus ramas estaban desnudas, pensaba, lloraba, se compadecía, envidiaba, odiaba. Su depresión le había convertido en una mancha gris. No le esperaba tras sus horas de cavilación ningún cálido hogar. La lluvia le calaba hasta el alma y la apagaba poco a poco. La esperanza se desvanecía, la lluvia también iba apagando esa llama.
Tumbado un día boca arriba bajo el árbol, vio que en una de las ramas más bajas asomaba un pequeño brote verde. Con los días el árbol se llenó de jugosos brotes de un verde casi fosforito. La lluvia cesó, la colina se secó y empezó a alfombrarse de color verde. Los brotes se convirtieron en abundantes hojas. El cielo gris se retiró cortés para dejar paso al azul luminoso y al amarillo sol. Las flores tímidas y guapas empezaron a crecer. El paisaje se llenó de color y alegría.
Bruno sólo tenía que esperar a que llegara la primavera.

7 de mayo de 2013

Mis personas favoritas (X)

   Retomo el blog después de bastante abandono, y no hay mejor forma que retomarlo (con mucha ilusión y ganas) que aprovechando para hacer un homenaje a una persona muy especial.
   Lleva mucho tiempo la primera en mi lista de "Personas favoritas pendientes". En primer lugar porque es una de las más fieles seguidoras de "El Camino de la Alameda", y en segundo lugar porque a pesar de haberla tenido muy cerca muchos años, es desde hace relativamente poco cuando considero que la conozco realmente y cuando me estoy dando cuenta de su gran valor. Es como esos muebles que han estado siempre en casa, siempre has apreciado el papel que juegan en el conjunto cálido del hogar pero de pronto has abierto un cajón y has descubierto pequeños tesoros familiares de valor incalculable o de pronto tu padre te ha contado la maravillosa historia que esconden.
     El proceso con ella ha sido que aunque siempre la he considerado una buena amiga, pendiente y complaciente, en un determinado momento ha empezado a sorprenderme tan gratamente al empezar a conocerla profundamente que ahora no puedo considerarla menos que imprescindible. Con ella me he dado de la grandeza de la amistad, personas que siempre han estado ahí y que de pronto, no sabes por qué se vuelven imprescindibles.
     Físicamente posee un porte elegante y fino pues es alta y delgada. Sus ojos parecen mágicos ya que  cambian de color, a simple vista parecen marrones pero si el sol proyecta su luz en ellos se vuelven de color verde. Un verde que descansa sobre unos ojos grandes y expresivos. Su cabello liso y color avellana luce precioso en las trenzas que tanto le favorecen. 
    Su carácter para mi, es envidiable. Siempre alegre y jovial, ella es como la primavera, cuando se asoma a todo el mundo alegra. Sabe entablar amena conversación con cualquier persona, eso le vale la simpatía de todos aquellos a los que conoce. De buena familia, que se refleja en sus buenos modales. Siempre dispuesta y atenta a las necesidades de los demás, prefiere complacer a los demás que  ella misma. Es paciente y sabe escuchar, siempre tiene agradables palabras y ánimo para los demás. Es muy cariñosa y tierna aunque no lo exteriorice con continuas muestras físicas. Posee un gran sentido del humor, uno de los más finos y acertados que conozco. Una de las cosas que más admiro en ella es que es consciente de sus fallos y defectos y pone los medios que necesita para mejorar. Aunque a veces parece muy "pizpireta" y despreocupada, tiene una gran profundidad y sensibilidad. Si algo se le puede achacar es que carga con los pesos de los demás, pero le cuesta mucho darte un poco de su carga para que le alivies al llevarla. Aunque esto último me parece negativo si se lleva al extremo, por otro lado pone de manifiesto su grandeza humana.
     Verle bailar es un auténtico espectáculo, sus movimientos con los pies, mezcla de claqué y salsa son envidiables y me han valido muy buenos momentos de carcajadas. Es muy buena deportista aunque ha acabado lisiada alguna vez, lo da todo en cada momento. Un palo de golf casi nos la arrebata pero por suerte aún le quedaba mucho por dar. Sus dotes y desenvoltura para hablar en público ya le han valido muchos aplausos. Le encanta el cine y la música y por los gustos que tiene, aunque intente disimularlo, es una romántica empedernida. 
    Ella es Bea Goñi, la chica sonriente, guapa y alegre. Compartir con ella una alegría es agradecido, comparte la alegría y la hace suya verdaderamente. Hace poco lo experimenté y no sabéis hasta qué punto agradecí y me alegró su reacción y su abrazo.
     
     Mi querida Bea, que sin darme cuenta se ha hecho indispensable. Poca justicia le hace esta entrada...