3 de octubre de 2013

Mis personas favoritas (XI)

  

  Hace muchísimo tiempo que se merece ser la protagonista de una entrada en "El Camino de la Alameda". Porque méritos hace de sobra y porque es una de mis más íntimas amigas.
  La conocí el 9 de noviembre de 2009. Recuerdo la fecha porque coincidía con el cumpleaños de otra querida amiga, así que cada año recordamos "nuestro aniversario". Cuando la conocí y empezamos a hablar resulta que había muchas coincidencias, eran tantas que incluso bromeábamos pensando que por algún lado debíamos ser familia. Desde ese día congeniamos y no tardamos mucho en hacernos buenas amigas.
   Una de las cosas que más me admira de ella es que es una de las personas menos frívolas que conozco. Tiene un interior tan profundo que si tirara una piedra jamás  podría oír el sonido del chocar contra el suelo. Es muy reflexiva y pensativa. Cualquier tema que le plantees ya habrá sido previamente meditado por ella. Cosa que me parece muy meritoria porque ella nunca está parada, siempre tiene algo que hacer, ser una persona muy activa es otra de las características principales que emplearía para definirla. Admiro esa capacidad que tiene de combinar la acción y la reflexión. Posee una bondad natural en la que hace un hueco a toda persona. Siempre da una oportunidad. Tal bondad no deja paso a la injusticia, a la que ella es muy sensible, y con la que se enfurece rápidamente. Sobre todo si la injusticia recae sobre alguien querido para ella. También es muy generosa y  además es capaz de anticiparse a tus necesidades, cosa que a veces me hace sentir mal, ya que muchas veces siento que no soy capaz de corresponderle. En relación a lo anterior, también he de decir que es servicial y sacrificada, cosa de la que soy muy consciente y no soy capaz de agradecerle como merece. Ella es apasionada, en su forma de hablar, en su forma de sentir y darlo todo, en la forma de gesticular, en su forma de compartir una alegría o una tristeza. Aunque esté contando algo cotidiano o banal te atrapa con su relato. Pone pasión en todo lo que hace y esto le hace a la vez ser una persona muy sensible a la que no le da miedo que se le salten las lágrimas. Es también capaz de ser una persona muy espiritual que sabe valorar y disfrutar lo terrenal. Su sentido del humor me encanta, y he de reconocer que cuando se enfada o se indigna es cuando más me hace reír.
  Físicamente posee una belleza envidiable, su cabello rubio enmarca una tez sin imperfecciones, vigilada por unos espectaculares ojos azules a los que hacen compañía las pecas que le dan una expresión pícara. Su sonrisa a muchos conquista. Posee una belleza europea que resalta con su carácter apasionado, como buena mujer española. En todos los aspectos es una persona impresionante y estaré atenta, porque no cualquier hombre será capaz de merecerla ni de estar a su altura.
  Blanca, mi adorada Blanca. A veces su excesivo apasionamiento le hace vivir en una montaña rusa, pero yo estoy encantada de acompañarle, porque me gusta la adrenalina, y las montañas rusas siempre me han gustado.
   Con Blanca he reído y he llorado, me ha consolado, me ha aconsejado, me he dado paseos nocturnos por Pamplona llenos de confidencias, me he tomado un Nesquik con galletas a la una de la mañana en un parque. Con Blanca he hablado cosas que con nadie más he hablado. Con Blanca comparto gustos musicales y literarios. Con Blanca he hecho un picnic en febrero, he bailado, he paseado en bici, he visto "El violinista en el tejado", he paseado por el río Ebro, he hecho castillos en el aire. Con Blanca iría al fin del mundo. Es una persona de confianza y mujer de palabra.
   Su familia es entrañable, como ella.
   
   Mi querida Lady Whity es, en definitiva una de las mejores personas que conozco. Sé que nunca me fallará y yo tampoco lo haré. 


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